¿Qué son los destilados de THC?
Imagínate esto: un aceite transparente, sin olor ni sabor, pero con una potencia que te vuela la cabeza. Así son los destilados de THC. Este producto pasa por un proceso de purificación intenso que elimina todo excepto el THC puro.
¿El resultado? Un concentrado súper potente con 85-95% de THC. ¡Una locura! Es como comparar un cafecito normal con cinco expresos dobles de golpe.
Lo interesante es que, al no tener ese aroma típico a cannabis, es perfecto para quien necesita discreción. Muchos pacientes en Medellín lo prefieren porque pueden medicarse sin que toda la casa huela a yerba.
Uso medicinal vs. recreativo: una diferencia enorme
Hay que tenerlo claro: usar THC para medicina no es lo mismo que hacerlo para ponerse happy. Estos son 2 mundos diferentes:
Uso medicinal:
- Dosis controladas y precisas (generalmente más bajas)
- Consumo regular y consistente
- Enfocado en aliviar síntomas específicos
- Supervisado por profesionales
- Se busca funcionamiento normal, no el «high»
- Parte de un plan integral de tratamiento
Uso recreativo:
- Dosis variables (generalmente más altas)
- Consumo ocasional o irregular
- Busca efectos psicoactivos
- Sin supervisión médica formal
- El «high» es parte del objetivo
- No forma parte de un tratamiento médico
Esta diferencia es crucial cuando le expliques a tu familia. Hazles ver que estás usando medicina, no drogándote.
Beneficios medicinales que la ciencia respalda
El THC no es un remedio mágico inventado por hippies. La ciencia tiene bastante que decir:
Para el dolor crónico
Es una bestia contra el dolor, especialmente el neuropático (ese que se siente como electricidad o quemazón). Muchos pacientes lo usan cuando los analgésicos tradicionales les fallan o les destrozan el estómago.
Contra náuseas y vómitos
Si alguna vez has visto a alguien en quimioterapia, sabes que las náuseas pueden ser brutales. El THC actúa como antiemético natural, permitiéndoles comer y mantener nutrientes en el cuerpo.
Para dormir mejor
Olvídate de esas pastillas que te dejan zombie al día siguiente. Los destilados ayudan a conciliar el sueño y, lo más importante, a mantenerlo sin la resaca medicamentosa.
Contra espasmos musculares
Para quienes sufren esclerosis múltiple o lesiones medulares, los espasmos son un infierno diario. El THC relaja esos músculos rebeldes mejor que muchos fármacos tradicionales.
La gran ventaja de los destilados es la precisión: puedes tomar exactamente lo que necesitas, ni más ni menos. Esto es oro puro en medicina.
Antes de lanzarte a hablar con tu familia:
Investiga como si fueras a dar una tesis
No vayas a lo loco. Ármate con información sólida:
- Guarda estudios científicos sobre THC y tu condición específica
- Ten a mano tus recetas y recomendaciones médicas
- Anota fechas y nombres de médicos que apoyan tu tratamiento
- Recopila testimonios de otros pacientes con tu misma condición
- Organiza todo esto en una carpeta (física o digital)
Nada más poderoso que llegar con datos concretos en lugar de «es que leí por ahí que…»
Anticipa los mitos que te van a soltar
Tu familia probablemente tiene ideas preconcebidas sobre el cannabis. Estas son las típicas:
- «Te vas a volver adicto» (bajo supervisión médica, este riesgo es mínimo)
- «¿Por qué no tomas medicinas normales?» (porque ya las probaste y no funcionaron)
- «Es lo mismo que fumar marihuana» (ni de cerca, son formulaciones precisas)
- «Es ilegal» (no en Colombia para uso medicinal con prescripción)
- «Te vas a volver un drogadicto» (el THC medicinal no te lleva a otras drogas)
Tener respuestas preparadas para estos mitos te ahorrará mucho estrés.
Define qué quieres lograr con la conversación
Antes de hablar, pregúntate:
- ¿Quiero su aprobación o solo informarles?
- ¿Necesito su apoyo emocional?
- ¿Hasta dónde estoy dispuesto a compartir detalles personales?
- ¿Quién de mi familia podría ser mi aliado en esto?
Ten claro qué esperas conseguir para no frustrarte si no consigues todo de golpe.
Elige el momento y lugar perfectos
Crea un ambiente donde todos se sientan cómodos
No sueltes esta noticia en medio de una discusión familiar o durante la cena de Navidad. Busca un momento tranquilo, sin prisas ni distracciones.
Reúne solo a quienes realmente necesitan saber (no es necesario que tu primo lejano o la vecina se enteren). Habla en un espacio privado donde nadie se sienta juzgado o expuesto.
Lo más importante: mantén la calma aunque ellos no la mantengan. Respira hondo y recuerda que probablemente reaccionan desde el miedo y la desinformación, no desde el rechazo a ti.
Adapta tu mensaje según quien te escucha
No es lo mismo hablar con tu abuelita de 80 años que creció con la propaganda de «la marihuana mata» que con tu hermano de 30 que es más abierto a nuevas ideas.
En Colombia, donde los destilados de THC son relativamente nuevos, muchas personas mayores tienen ideas muy arraigadas sobre el cannabis. Sé paciente y adapta tu lenguaje:
- Con los mayores: usa más términos médicos, compáralo con medicinas tradicionales
- Con tus contemporáneos: puedes ser más directo y técnico
- Con todos: usa palabras como «medicamento», «tratamiento» y «terapia» en lugar de términos asociados al consumo recreativo
Cómo estructurar tu explicación para que te entiendan
Empieza por tus síntomas (no por el THC)
Antes de mencionar cualquier cosa sobre cannabis, habla sobre lo que estás sufriendo:
«Llevo tres años con dolores tan fuertes que a veces no puedo ni levantarme de la cama»
«Las náuseas de la quimio me impedían comer, bajé 12 kilos en dos meses»
«Los espasmos me despiertan 5-6 veces cada noche, llevo años sin dormir bien»
Hazles entender tu sufrimiento ANTES de hablar de la solución.
Explica por qué los tratamientos tradicionales no te funcionaron
Tu familia se preguntará: «¿Por qué no simplemente tomas pastillas normales?»
Cuéntales tu recorrido:
- Qué medicamentos probaste (nombres específicos)
- Durante cuánto tiempo los tomaste
- Qué efectos secundarios sufriste
- Por qué dejaron de ser efectivos
- Qué dijeron tus médicos cuando estos tratamientos fallaron
Esto demuestra que no elegiste el THC como primera opción, sino como solución a un problema persistente.
Muestra evidencia científica (sin abrumarlos)
No les lances estudios científicos complicados, pero sí menciona algunos datos concretos:
«Un estudio con 1,200 pacientes mostró que el 65% redujo a la mitad su dolor crónico con THC»
«La Revista de la Asociación Médica de Canadá (CMAJ) publicó un estudio que demuestra cómo el THC reduce los espasmos en esclerosis múltiple»
Si tienes un familiar más interesado o escéptico, tenle preparados algunos artículos sencillos para compartir después.
Comparte cómo ha mejorado tu vida
Nada más poderoso que los resultados reales. Comparte cambios específicos:
«Antes tomaba 8 pastillas diarias para el dolor, ahora solo necesito 2»
«He podido volver a trabajar 30 horas semanales, antes apenas aguantaba 10»
«Recuperé 8 kilos de peso y ahora puedo comer normalmente»
«Puedo jugar con mis hijos/sobrinos por primera vez en 3 años»
Estos resultados concretos son muchísimo más convincentes que cualquier estudio.
Cómo responder a las preocupaciones inevitables
La gran pregunta: «¿No te volverás adicto?»
Esta preocupación es legítima. Responde con honestidad:
«El THC puede crear dependencia, pero bajo supervisión médica y con mis dosis controladas, el riesgo es mínimo comparado con los beneficios»
«Muchos medicamentos tradicionales como los opioides tienen riesgo de adicción mucho mayor»
«Mi médico monitorea constantemente mi uso para asegurarse de que sigo un patrón saludable»
No minimices sus preocupaciones, pero ponlas en perspectiva con datos reales.
Sobre la legalidad: tranquilízalos completamente
En Colombia hay confusión sobre esto. Aclara de una vez los temas legales sobre los destilados de THC en Medellín:
«Desde 2016, la Ley 1787 regula el uso medicinal del cannabis en Colombia»
«Tengo toda mi documentación en regla: receta médica, carnet de paciente y compro en establecimientos autorizados»
«Los destilados que uso son producidos bajo estrictos controles de calidad por empresas certificadas»
Muéstrales tu documentación para que vean que todo está en orden.
¿Cómo manejas los efectos secundarios?
Sé sincero sobre los efectos secundarios y cómo los controlas:
«Programo mis dosis para la noche, cuando ya no necesito conducir ni trabajar»
«He aprendido a identificar exactamente cuánto necesito: ni más, ni menos»
«Combino el THC con CBD para reducir los efectos psicoactivos cuando necesito estar más alerta»
«Mi médico me ha enseñado a ajustar la dosis según mis actividades del día»
Esta transparencia muestra que eres un paciente responsable, no alguien buscando colocarse.
Demuestra que tienes un plan serio bajo supervisión médica
Nada calma más a la familia que ver que sigues un tratamiento estructurado:
- Muestra tu calendario de dosificación con horarios específicos
- Enseña los registros de tus consultas médicas regulares
- Comparte las mediciones de tus síntomas antes/después del tratamiento
- Explica cómo tu médico ajusta constantemente tu plan según resultados
Este enfoque sistemático refuerza que estás usando medicina, no recreándote.
Involucra a tu familia (si están abiertos a ello)
Invítalos a ser parte de tu proceso de sanación
Si muestran apertura, involúcralos activamente:
- Llévalos a una consulta médica donde puedan hacer preguntas directamente
- Pídeles que te ayuden a registrar tus síntomas y mejoras
- Comparte con ellos artículos y videos educativos sencillos
- Invítalos a conocer a otros pacientes que usan tratamientos similares
Convertirlos en aliados en lugar de espectadores cambia completamente la dinámica.
Recursos sencillos y en español para que se eduquen
Recomiéndales recursos accesibles:
- Canales de YouTube de médicos colombianos que explican el cannabis medicinal
- Grupos de Facebook para familiares de pacientes
- Artículos sencillos de universidades latinoamericanas
- Talleres gratuitos que ofrecen algunos dispensarios Medellín
- Podcasts en español sobre medicina cannábica
Lo importante es que sean fuentes confiables y en español, no traducciones complicadas.
Si aún así no lo aceptan…
Respeta sus opiniones (aunque no las compartas)
Si después de todo esto tu familia sigue reacia:
- No te frustres ni entres en discusiones acaloradas
- Reconoce que el cambio de mentalidad puede tomar tiempo
- Sigue compartiendo pequeñas mejoras en tu condición
- Mantén abiertas las puertas del diálogo para el futuro
Muchas familias que inicialmente rechazaron estos tratamientos terminaron aceptándolos al ver mejoras evidentes con el tiempo.
Busca apoyo en otros lugares
Si tu núcleo familiar no te apoya, busca respaldo en:
- Grupos de pacientes que usan destilados THC (hay varios en WhatsApp y Facebook)
- Comunidades online donde puedes compartir experiencias
- Profesionales de salud mental que te ayuden a manejar el rechazo familiar
- Amigos cercanos que entiendan tu situación
No estás solo en esto. Cientos de pacientes en Colombia están usando destilados de THC con excelentes resultados, muchos de ellos enfrentaron resistencia familiar inicial.
Con paciencia, información y resultados, las barreras suelen caer. Lo importante es tu salud y calidad de vida.
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